martes, 1 de noviembre de 2016

CALMA

La luz penetra a raudales a través de la ventana, revelando la amalgama de colores presente en la pintura. Pincelada tras pincelada, trato de captar todos los detalles posibles del modelo que tengo ante mí. Imbuida de un espíritu creador hasta ahora desconocido, mi único miedo radica en no ser capaz de reflejar fielmente en mi obra aquello que contemplo. Una suave brisa agita levemente las hojas de mi escritorio y suaviza la temperatura de la habitación. Todo está en calma, todo está en orden.

Salvo por esa oscura figura que se está deslizando a través de la ventana.


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