miércoles, 20 de enero de 2021

Dime qué ves, y te diré quién eres

 —¿Qué ves? —, me dijo.

Mi reflejo me devolvió la mirada.

—Me veo a mí mismo —, contesté.

Me sobresaltó la piedra que cayó sobre mi cara, que explotó en mil pedazos iridiscentes. Al levantar la vista, solo quedaba el vacío y algunos cristales rotos. Volví la vista hacia el gesto serio de mi maestro.

—La vida es como esta piedra: impactará en tu alma, y si no eres fiel a ti mismo y a tus principios, destruirá la esencia de quién eres y no quedará nada.

Me tomó del brazo, y caminamos hacia la laguna.

—¿Qué ves? —, me dijo.

Mi reflejo me devolvió la mirada.

—Me veo a mí mismo—, contesté.

De nuevo, me sobresaltó la piedra que cayó sobre mi cara, que explotó distorsionando mi imagen en ondas que se expandieron por la laguna.

—La vida es como esta piedra: impactará en tu alma y tratará de deformar quién eres en realidad. Baja de nuevo la vista.

Al volver a mirar, contemplé de nuevo mi imagen, nítida y perfecta como en el principio. Alcé la vista hacia la sonrisa de mi maestro.

—Si eres fiel a ti mismo y a tus principios, la vida te pondrá a prueba, y en algunos momentos te sentirás irreconocible. Más, si perseveras en tus ideales, nunca olvidarás quién eres.

Incliné la cabeza humildemente, y hundí mi cuchillo en el corazón de mi maestro. Mientras exhalaba su último aliento, le susurré al oído:

—Gracias, maestro. Sin vuestras lecciones, jamás habría sido capaz de hacerlo.

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