Hace frío en los hospitales, demasiado aire acondicionado. ¿Dónde estarán
esas dichosas gafas de ver de cerca? Ah sí, encima del sillón de visitas. ¿Y el
libro? Míralo vieja, a los pies de Manuel. ¡Ay Manuel, cómo pasan los años!
Cualquier día de estos… ¡y tú aquí, con todos estos tubos, con lo poco que te
gustan los hospitales! Bueno, vamos a ver, por donde iba…
Faustina se arrebuja en el chal, se pone las gafas, abre el libro y
comienza la lectura en voz alta. Es una guía de viajes sobre Brasil. Nunca ha viajado
fuera de España, y sus hijos se la regalaron hace unos meses cuando Manuel y
ella cumplieron cuarenta años de casados, junto con dos billetes de avión y los
papeles de la agencia de viajes. Un sueño cumplido… hasta que el maldito bicho
lo tiró todo por tierra. Pero Faustina es una cabezota: Manuel y ella se iban
de viaje, así que todos los días lee en voz alta sobre los puntos de interés
planificados para ese día en el itinerario.
“El Cristo Redentor o Cristo del Corcovado es una enorme estatua de Jesús
de Nazaret con los brazos abiertos mostrando a la ciudad de Río de Janeiro,
Brasil. La estatua tiene una altura de 30,1 metros sobre un pedestal de 8
metros…” ¿Te imaginas, Manuel? ¿Te lo imaginas puesto en Madrid, en Plaza
Castilla, en vez del palo ese dorado? La verdad que…
Manuel sigue inconsciente, pero por un breve instante se atisba el guiño fugaz de una sonrisa.
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